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miércoles, 1 de noviembre de 2017

LA COMUNICACIÓN ASERTIVA EN LAS ORGANIZACIONES


La Comunicación Asertiva en las Organizaciones
Entendemos a la comunicación, como el proceso de intercambiar información o mensajes (verbal o no verbal) entre dos o más personas. La palabra deriva del latín communicare, que significa: compartir algo, poner en común.
La comunicación es el proceso que une a las personas para compartir sentimientos y conocimientos, y que comprende transacciones entre ellas” (Chiavenato, 2011).
Ahora bien, es importante definir lo que es la asertividad en términos de la comunicación, ya que en ocasiones se puede llegar a definir erróneamente y se piensa que ser asertivo es ser acertado. No podrían estar más desacertados.
Ser asertivo significa que una persona es capaz de comunicarse y expresarse de forma directa, abierta y con seguridad, demostrando confianza en sí mismo y a la vez siendo receptivo a los comentarios e ideas de otros. La Asertividad se sitúa entre la pasividad y la agresividad, en donde el individuo no se deja ser sometido pero tampoco impone su condición, sino que se mantiene firme a sus convicciones e ideales pero con apertura a escuchar la opinión de otros.
 “La comunicación asertiva significa expresar con confianza lo que se piensa, siente y cree, al tiempo que respeta el derecho de otros a tener puntos de vista diferentes” (Hellriegel & Slocum, Jr., 2009).
Esto es precisamente lo que se debe de buscar en las empresas, que todo miembro de la organización sea lo suficientemente capaz de transmitir adecuadamente sus ideas y pensamientos, respetando los ideales de otros. Creando así una sinergia que permita que dos o más personas puedan relacionarse laboralmente, permitiendo que los canales de comunicación sean efectivos y óptimos. Esto se relaciona mucho con el respeto, pero este punto es un tema aparte.
La comunicación es importante en todos los niveles de la organización, pero que teniendo como característica que sea asertiva, hará que la información sea transmitida correctamente y mejor aún, evitando que los involucrados se sientan ofendidos, creando un ambiente de respeto y honestidad.
Te invito a conocer acerca de las soluciones de comunicación organizacional que CLAVE puede ofrecerte. Déjame tus datos aquí y personalmente me pondré en contacto.

Fernando Durán de la Fuente - Consultor CLAVE

jueves, 12 de octubre de 2017

Los Tutores: Opresores o Guías




Los tutores: Opresores o Guías

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Cuando tratamos de describir al ser humano, una de las principales cualidades que enlistamos, es que es un ser inteligente que tiene la capacidad de pensar y razonar. Pero, ¿realmente nos hemos detenido a analizar las implicaciones que esto tiene? Si somos seres que piensan, ¿cómo debemos de vivir la vida para actuar acorde a nuestra naturaleza de seres racionales?

Kant (1994, p. 25), afirma que el hombre es culpable de su propia incapacidad:
La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro.

Una incapacidad es aquello de lo que puede sufrir una persona que lo limita a hacer algo, por ejemplo una ceguera. Lo característico de las incapacidades es que nadie las busca o las desea para sí mismo. Sin embargo, la incapacidad a la que se refiere Kant, es culpable ya que todos los hombres por naturaleza tenemos la capacidad de pensar. Somos culpables no porque no podamos servirnos de nuestra inteligencia, más bien no queremos por pereza y cobardía.

Nos da pereza porque es “tan cómodo no estar emancipado” (Kant, 1994, p.25). ¿Por qué esforzarnos?, si hay personas dispuestas a pensar por nosotros y decirnos qué hacer. Hay objetos de los que nos podemos valer para no tenernos que enfrentar a  la “tan fastidiosa tarea” (Kant, 1994, p.26) que es pensar.

Es así como surgen dos grupos de personas, los que si están dispuestos a servirse de su inteligencia, que Kant llama “tutores” y aquellos que no lo hacen, los “pupilos”. “Los tutores, que tan bondadosamente se han arrogado este oficio, cuidan muy bien que la gran mayoría de los hombres […] considere el paso de la emancipación, además de muy difícil, en extremo peligroso” (Kant, 1994, p.26).

El problema reside en que los pupilos por pereza a pensar y por miedo a enfrentarse a los desafíos que este proceso pueda implicar, se convencen a sí mismos de que no pueden y se sienten realmente incapaces de hacerlo. Convirtiendo esa incapacidad casi en una segunda naturaleza (Kant, 1994).

Un ejemplo muy claro de esta situación la vemos reflejada en la película “Dios no está muerto” (2014). En la que el profesor Radisson, maestro titular de una clase de filosofía, está convencido de que Dios no existe. Por lo tanto, no pretende perder tiempo de su clase mostrándoles argumentos a sus alumnos de su tan arraigada creencia. Así que decide que el primer día de clases, todos sus alumnos deben firmar una hoja con la aseveración “Dios está muerto”. Así, la clase podría continuar enfocándose en lo que para él son asuntos más trascendentes e importantes.

Sus alumnos, sin cuestionarse siquiera acerca de la instrucción dada por el maestro, sacaron una hoja y firmaron. Todos excepto Josh Wheaton, un cristiano devoto que se rehúsa a aceptar una declaración que va en contra de lo que él cree y piensa. Josh decide contradecir a su profesor y defender sus creencias. Así, durante el resto de la historia vemos un debate entre el profesor y su alumno donde cada quien presenta una serie de argumentos para defender su postura.

Ahora bien, retomando los conceptos de Kant. El profesor Radisson es el ejemplo perfecto de los tutores que él describe. Una persona ensimismada en sus ideas que muestra a sus pupilos los peligros de emanciparse y pensar por sí mismos, en consecuencia reprobar la materia.

Por otro lado, vemos en los alumnos que firmaron como aquellos pupilos que por pereza y cobardía deciden aceptar, sin siquiera cuestionar aquello que el profesor dice. Mientras, Josh decide afrontar los peligros: la posibilidad de reprobar la materia e incluso poner en riesgo el resto de su carrera, así como la relación con su novia; y superar la pereza para aventurarse en el camino del aprendizaje, para encontrar los argumentos que le ayudarán a demostrar su postura.

Es obvio que esta es una historia ficticia, pero no está tan alejada de la realidad. Esta reflexión nos lleva a preguntarnos: ¿Realmente estamos educando para que la persona piense por sí misma? Los maestros actuales, ¿son como el profesor Radisson o invitan a sus alumnos a hacer uso de su inteligencia? Los alumnos actuales, ¿firmarían sin pensar o serían capaces de defender sus ideas como Josh?

Si bien es cierto, que por naturaleza tenemos que capacidad de pensar, también es cierto que al principio necesitamos ayuda para saber cómo hacer uso de nuestra inteligencia y hacernos conscientes de hasta dónde nos puede llevar esta capacidad. La encargada de hacer esto es la educación, por eso es importante reflexionar acerca de cómo llevamos ésta a cabo. Savater (1997, p.100), afirma que “la educación implica cierta tiranía, es una tiranía de la que sólo pasando por la educación podemos en alguna medida más tarde librarnos".

En un principio sí necesitamos un tutor, pero es obligación de los educadores (entiéndase por educador cualquiera que enseña sin que forzosamente se trate de un maestro de escuela) hacernos conscientes de que tenemos la capacidad de pensar y enseñarnos a hacerlo, para luego dejarnos libres y empezar a pensar por nosotros mismos. Para ello, los tutores tendrán que “haber arrojado de sí el yugo de la tutela” y difundir “[…] el espíritu de una estimación racional del propio valer de cada hombre y de su vocación a pensar por sí mismo” (Kant, 1994, p. 27).

La realidad, es que todos tenemos la posibilidad de salir de esta incapacidad, los peligros son mucho menos graves de lo que imaginamos, basta como dice Kant (1994), con unas cuantas caídas para aprender a caminar solos. Esa es la labor del educador, ayudar a sus educandos a superar los obstáculos para que desarrollen la capacidad de pensar. Entender que el primer obstáculo puede ser él mismo, saber que no debe interferir en el proceso de pensamiento de sus alumnos, sino que debe ser un guía. Tener cuidado de no presentar los peligros más graves de lo que son. Crear un ambiente donde haya libertad para expresar lo que se piensa, donde se pueda experimentar, donde los errores son oportunidades para aprender y no motivo de críticas. Motivar para que la pereza no sea un obstáculo, mostrar los beneficios de hacer uso de la inteligencia y que aunque el camino pueda parecer largo, lleva a un mejor estado. Aquel que logre esto, no será uno de los tutores opresores, sino la persona que lleve a sus pupilos a la libertad de vivir acorde a su propia naturaleza.

Referencias:

Cronk, H. (Dirección). (2014). Dios no está muerto [Película]. Estados Unidos .
Kant, E. (1994). Filosofía de la Historia. México: Fondo de Cultura Económica.

Saveter, F. (1997). El valor de Educar. México: Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de América.

Escrito por:
Macarena de Mateo Gorráez
Fernando Durán de la Fuente (Consultor CLAVE)

jueves, 20 de julio de 2017

SERVICIOS AUXILIARES Y COORDINACIÓN


Requisitos Primordiales para una Capacitación Exitosa  (Parte VII)




De la Selección de Servicios Auxiliares 

En una organización se busca siempre el dar el programa de capacitación de la mejor manera posible y con ello cumplir con los objetivos previamente planteados. Es por ello, que cuando se requiere seleccionar material audiovisual; como videos, presentaciones, audios e incluso otro tipo de materiales como son simuladores de negocios, juegos didácticos, entre otros. Siempre es importante considerar que es para mantener el control, la comunicación, el interés y la atención de los participantes.

En las organizaciones es conveniente conocer y estudiar bien el material adquirido para que cuando se utilice realmente se obtengan beneficios que no sobrepasen el costo.

Algunas organizaciones solamente adquieren apoyos de fuera, por no contar con su propio material; y de igual forma existen organizaciones que cuentan con la infraestructura para desarrollar su propio material.

En conclusión, cada organización debería adquirir, rentar o realizar sus propios tipos de ayudas para lograr mantener el interés y la comunicación durante los programas de entrenamiento. En la medida de lo posible lo más conveniente sería que internamente se tengan materiales propios. Si se utilizan de manera continua su costo de adquisición se justificará; desde luego habría que tener el cuidado necesario para su conservación.

De la Coordinación del Programa

En algunos casos el mismo instructor coordina el programa y en otras situaciones existe un encargado dentro de la organización. Estos responsables se encargan de dar la bienvenida al evento de capacitación, entregar las hojas de reacción, indicar donde se harán los descansos, de acompañarlos a la hora de la comida, asegurarse de que no falte nada; en fin, ayudar a que el programa sea realmente efectivo.
Por lo anterior, en un programa de entrenamiento es importante cumplir con las necesidades de los participantes y de igual forma con las de los instructores. 

Hemos llegado al final de nuestra sección de Requisitos para una Capacitación Exitosa. Esperamos que esta información te haya sido útil. Recuerda que si estás buscando llevar a cabo un plan de capacitación, puedes contar con CLAVE Consultores que con gusto te acompañaremos y asesoraremos en todo el proyecto.

En las siguientes publicaciones estaremos platicando acerca de otros temas de gran relevancia e importantes en el mundo de la capacitación y de la formación y desarrollo del Capital Humano.

Diego Durán de la Fuente

Consultor CLAVE

jueves, 22 de junio de 2017

SELECCIÓN DE INSTRUCTORES

  

                 Requisitos Primordiales para una Capacitación Exitosa  (Parte VI)





Posiblemente la selección de los instructores sea la decisión más importante. Cuando se selecciona a un instructor de capacitación es importante que conozca muy bien el tema a impartir y tenga la habilidad de comunicarse de manera efectiva. Otras características que debe poseer el facilitador son el conocimiento del grupo, el deseo de impartir el curso o taller y la habilidad de hacerles preguntas e involucrar al grupo de participantes. Los facilitadores deben poseer un gran deseo de satisfacer las necesidades de los participantes.

Cuando se esta planeando un programa de capacitación y se está buscando un facilitador adecuado, es muy probable que el presupuesto sea un problema. Como por ejemplo, cuando una empresa selecciona a propios colaboradores para dar el programa de capacitación, ya que no cuentan con recursos suficientes para contratar a alguien externo. Para esto los mismos colaboradores deben de realizar el contenido de acuerdo a las necesidades preestablecidas. Si el presupuesto lo permite, se puede contratar a instructores externos, esto es si los colaboradores internos no conocen del tema o no cuentan con la experiencia.

El contratar un facilitador externo o empresa requiere de mucho cuidado, ya que muchas veces pasa que se contrata a alguien externo que no cumplió con las expectativas de la organización y los colaboradores internos encargados del programa se quemaron con la empresa.

Por ello cuando se va a realizar una contratación debemos de solicitar referencias de éxito, recomendaciones de preferencia con gente de confianza y observar programas similares que realizan los facilitadores. Un método poco confiable sería el entrevistar al facilitador y basar la decisión de contratarlo en impresiones propias.

Por última sugerencia cuando inviten a alguien externo a realizar el programa de capacitación desde un principio coméntenles lo que esperan del programa y cuando apliquen cuestionarios de reacción del programa asegúrense de que ellos conozcan el puntaje que esperan. Muchas veces solicitan ayuda en preparar la sesión para lograr o superar las expectativas del programa.
Ellos no se sorprenderán con los resultados que obtengan de las hojas de reacción al final del programa y saber si cumplieron o no con las expectativas. 

Enfocados en nuestra filosofía "Se Aprende Haciendo", todos nuestros instructores pasan por una rigurosa certificación, llamada Certificación CLAVE. En ella se evalúan los conocimientos, pasión por el tema y capacidad de transmitir conocimientos de manera clara, concisa y práctica.

Nuestra objetivo es dar el mejor servicio en todo momento y la calidad de nuestro equipo es primordial.

No te pierdas nuestra última parte de Requisitos Primordiales para una Capacitación Exitosa, hablaremos de los Servicios Auxiliares y su rol clave en cada curso.